“Vivir la pérdida de nuestra guaguita tan esperada ha sido el dolor más grande que nos ha tocado vivir. Cuando por fin tuvimos nuestra Estrella, compramos un árbol y lo pusimos en nuestra terraza. Así, finalmente pudimos tener ese ritual que tanto nos faltaba con mi marido, poder despedirnos como correspondía de un sueño que terminó tan abruptamente. Ahora tenemos a Puntito siempre cerca, acompañándonos desde el cielo.”

“Cuando atravesé la pérdida, estaba llena de preguntas, silencios y una tristeza que no sabía cómo sostener. En ese momento tan delicado, una amiga me regaló una Estrellita. No era solo un collar, era un símbolo profundo: una forma de honrar esa vida breve pero inmensa. Esa Estrella me acompañó en mi duelo, y ayudó a ponerle un lugar a mi pérdida.”

“Nuestra Estrella fue profundamente significativa. Nos ayudó a mi marido y a mí a darle un espacio físico a nuestra guaguita, a tangibilizar un poco esta pena tan grande. Pudimos despedirnos, hacer un pequeño ritual y cerrar, en parte, este proceso tan doloroso que comenzó en la consulta, cuando nos dijeron que su corazón ya no latía. Tener un lugar donde recordarla nos trajo paz.”